Crónicas de mi Lado Oscuro

A riesgo de sonar exagerado debo decir que este año sí que se fue volando. Tal parece que el tiempo no quiere dar tregua a nadie ni para tomar un descanso.

El 2013 fue un año relativamente bueno de no ser por dos momentos incómodos, uno de ellos fue el intento de robo que tuve en mayo cuando fui al canal durante un reemplazo, en la que un imbécil montado en una moto me apuntó con una pistola, la verdad no sé cómo hice; tal vez fue suerte u osadía mía que no me dejé asaltar y salí ileso; sin embargo semanas después en circunstancias similares dos asaltantes en moto interceptaron el carro donde iban mis padres, mi hermana y mi sobrino y los asaltaron, lo peor de todo, es que esos… miserables encañonaron a la cabeza de mi sobrino y mi hermana, en un intento desesperado salió corriendo hasta tropezarse al suelo, ambos resultaron con moretones por esa caída. A raíz de eso mi hermana y mi cuñado decidieron volver a Canadá, eso me causó mucha pena, y la despedida fue un golpe duro para mí.

Canadá es otro ambiente, más seguro y civilizado, donde mi sobrino puede acceder a una educación gratuita y de mejor calidad que aquí, así que el cambio es por su bien.

Nuevamente estuve en reemplazo este año. Uno de los sucesos fue haber hecho turno doble por dos semanas. La historia fue así: en el mismo lapso que mi compañera fue de vacaciones, a mi compañero de la tarde tuvo una intervención en su vesícula, por lo que le dieron dos semanas de reposo médico. Fue una de las experiencias más agotadoras de mi vida el estar de pie desde la 4:25 hasta las 22:00 con solo media hora para dormir, no sé cómo hice para soportarlo, entre las idioteces de Winter y las rabietas de la chica que arranca sonrisas. El esfuerzo valió la pena representado en cheque bien gordito. También iba a trabajar definitivamente de planta, pero las cosas no se dieron; eso no me afectó, pues algo me dice que mi destino no es quedarme anclado ahí (espero no equivocarme)

Pasé momentos cómicos, viendo en retrospectiva, como el robo que tuve en cierta marisquería, cuando ordené un plato de arroz con camarones, y esperando que me dieran el mismo plato que vi en el noticiero, me sirvieron uno que dio lástima, de hecho fueron los peores seis dólares que he gastado, y hasta ahora me duele de tan sólo recordarlo. También tuve la suerte de experimentar una película (Thor) en Imax, fue fantástico casi tridimensional, por lo que queda reservada solamente para filmes que merezcan ser vistas en ese formato. Así mismo, a finales de año, fui una vez más juez de cosplay en el evento Dragon Fest II. Me encanta ser juez de cosplay, lo malo es que las pilas de la cámara de fotos no estuvieron bien cargadas y se gastaron pronto. La próxima vez tendré que andar con dos pares de pilas.

Bueno eso es lo que puedo narrar en este breve resumen. Espero que este año se mantenga igual o mejor. Que la Fuerza nos acompañe a todos.